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martes, 19 de enero de 2016
domingo, 17 de enero de 2016
La voluntad de Dios
Imagen tomada de internet
Hoy 15 de Junio de 2015, estreno este blog, con un artículo,
titulado así, escrito por Julio Vazquez Mariné y publicado en tribuna abierta,
en el diario ABC el 29 de mayo de 2009. Lo he encontrado que, haciendo limpieza
y rompiendo papeles. Es un tema seductor, que a mi me llama mucho la atención.
Agradeciéndole al autor el haberlo escrito y a Dios Nuestro Señor haberlo
encontrado seis años más tardes, proseguimos:
La razón de querer publicar estas líneas es porque el tema
que expongo debía estar de actualidad en todo su conjunto, aunque actual debía
ser siempre la necesidad de acoger la voluntad de Dios como base y fundamento
de lo humano, de lo social de lo político y de nuestra vida entera abrazada y
orientada por el verdadero amor recibido de la verdad revelada por la Biblia,
así como manifestada por la tradición, por la razón natural con que Dios nos
creó y por un montón de causas entre las que se encuentran nuestra misma vida: ¿Quién
nos la dio? ¿Con que fin?
Dios se hace presente en la cración a través del hombre, el
cual le representa. El ser humano, es, de este modo, cima y centro de la creación
e imagen de Dios, expresándose dicha imagen en que el hombre es dueño de si
mismo con entera libertad y capacidad, dadas por Dios para entregarse, para
decidir, yen suma para amar y ser amado.
Pero esa libertad de decisión dada por Dios, también puede ser
utilizada por el hombre para rechazar el plan devino, dejándose seducir por sus
caprichos y por el deseo de independizarse de su Creador; en suma, por su egoísmo
que le conduce a dejarse llevar por el materialismo, el hedonismo, la comodidad
indolente y la soberbia destructora que le llevan a la imperfección del alma,
valiéndse de la libertad para explotar la naturaleza mayormente en su propia
conveniencia y utilizando también la vida de los demás seres humanos de una
forma arbitratia y egoísta. El primer hombre y la primera mujer, desobedecieron
a Dios después de haber sido crados por Él, y esto es lo que hemos hecho muchos
seres humanos a quienes Dios dio la vida por medio de la concepción humana y
quienes por medio del Bautismo, como fuente espiritual y del Evangelio, como
impulso doctrinal, deberíamos haber procurado la virtud de la caridad al máximo
así como la moralidad y la honzadez. ¿Vamos a evadirnos de la conversión de la
conversión a la voluntad de Dios? ¿O es que quizás estemos empezando a pensar
que Dios no existe al fijarnos en este mundo tan chocante, extraño y singular,
o comenzando a considerar que Dios es injusto al haber permitido esta humanidad
tan diferente en sus valores ysus imperfecciones y defectos, tandto en la miseria
como en la abundancia? (continuará)
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